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URBANISMO
El cambio hacia un modelo de sociedad más sostenible, no se puede dejar sólo en manos de las mejoras que podamos aplicar en los edificios, que son muchas y muy valiosas, sino que tienen que venir acompañado de muy buenas planificaciones urbanas. 
Es precisamente el diseño de las ciudades, el que debe planificar la orientación de las calles, así como las distancias entre fachadas, para aprovechar al máximo la radiación solar y la protección de los vientos dominantes. Es también el diseño el que debe minimizar las distancias de traslado entre vivienda, trabajo y equipamientos y, a su vez, promover el desplazamiento en transporte colectivo, a pie o en bicicleta. 
La participación de los usuarios es imprescindible para un buen diseño, planificación, ejecución y la posterior gestión.
En nuestros proyectos de planificación urbana, aplicamos soluciones sostenibles que mejoren las condiciones de vida actuales, respondiendo a tres aspectos que han de implementarse para que el desarrollo que se propone no comprometa la supervivencia de las generaciones futuras: 
Sostenibilidad medioambiental: 
El urbanismo ha de provocar la menor alteración del ecosistema en el que se inserta: 
- causar el menor impacto posible sobre el medio ambiente y el territorio (promoviendo la rehabilitación de la ciudad existente frente a nuevas colonizaciones del espacio natural) 
- consumir la menor cantidad de recursos y energía (adaptando las edificaciones para un mejor aprovechamiento tanto solar como del agua pluvial, y utilizando energías renovables) 
- generar la menor cantidad posible de residuos y emisiones (promoviendo el reciclaje y la reutilización de materiales) 
Sostenibilidad económica: 
El proyecto ha de ser económicamente viable para no comprometer más recursos económicos que los estrictamente necesarios, puesto que éstos son siempre limitados, y las necesidades de la sociedad, siempre superiores a los recursos disponibles. 
Sostenibilidad social: 
Se exigirá de cualquier proyecto urbano denominado sostenible que responda a las demandas sociales de su entorno, mejorando la calidad de vida de la población, y asegurando la participación ciudadana en el diseño del proyecto.